Los ácidos grasos omega-3 son un grupo de ácidos grasos poliinsaturados que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados y mariscos y en algunos vegetales como las nueces. El Omega-3 está dentro de los llamados ácidos esenciales y el cuerpo humano debe adquirirlo a través de la alimentación.

El Omega-3 tiene muchos beneficios para la salud en general y tradicionalmente se ha considerado beneficioso para cuidar la salud de nuestros ojos. Principalmente los ácidos grasos esenciales Omega-3 nos ayudan a prevenir enfermedades tan graves como la Degeneración Macular Asociada a la Edad.

Esta afección es la causa más frecuente de disminución severa de la visión en el mundo occidental y afecta principalmente a personas mayores de 50 años.

La enfermedad causa lesiones en la zona central de la retina llamada mácula. Ésta es la responsable de la visión precisa, necesaria para leer, conducir o ver la televisión.

Existen estudios que relacionan la toma de Omega-3 con una mejor salud de las células de la retina por lo que se concluye que un suplemento de estos ácidos grasos es beneficioso para la prevención y la progresión de esta enfermedad.

La controversia la encontramos en el papel que juegan los suplementos de Omega-3 para tratar el Ojo Seco.

El ojo seco es una de las enfermedades oftalmológicas más frecuentes en el mundo civilizado, se calcula que un 20% de la población lo sufre, tasa que sube al 75 % si los pacientes tienen más de 70 años. El ojo seco es una disfunción lagrimal que afecta a la calidad visual, produce molestias que pueden llegar a ser invalidantes y puede ocasionar lesiones oftalmológicas graves e irreversibles en sus formas más graves.

¿Por qué se produce el ojo seco?

El ojo seco aparece cuando la película lagrimal es insuficiente o de mala calidad para mantener una correcta lubrificación ocular.

Hasta ahora se creía que el consumo habitual de ácidos grasos Omega-3 beneficiaba a la producción de lágrima, haciéndola más abundante y de mayor calidad y evitando que se evapore con mucha facilidad.

Por eso se recomienda para las personas que sufren el síndrome del ojo seco la toma de suplementos de Omega-3 o una dieta rica en alimentos que lo contienen.

Esta recomendación procede de varios estudios que demostraban con datos empíricos como la toma de capsulas de ácidos grasos omega 3 produce una mejoría de los síntomas de ojo seco y la disminución de la evaporación lagrimal y mejora del índice Nelson. (Oral omega-3 fatty acids treatment in computer vision syndrome related dry eyeShort-term consumption of oral omega-3 and dry eye syndrome.)

Pero hablamos de controversia debido a un reciente estudio publicado este mismo mes en el New England Journal of Medicine y presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Cataratas y Cirugía Refractiva, que tira por los suelos todo lo anterior.

Según los investigadores que han trabajado durante tres años en 27 hospitales de los Estados Unidos, los suplementos de omega-3 no son significativamente mejores que el placebo para reducir los síntomas del ojo seco.

El estudio contó con la participación de más de 500 pacientes de ojo seco, divididos entre pacientes que tomaban una dosis diaria de un suplemento de omega-3 o un placebo de aceite de oliva, pero no hubo diferencias significativas en el grado de mejora de los síntomas entre los grupos.

La discusión está servida y faltan nuevos estudios que ratifiquen esta conclusión, pero lo que sí que está claro es que los ácidos grasos omega 3 son beneficios para nuestro organismo, más allá de su papel en la mejora del ojo seco.