Dormir por las noches con la luz encendida no es bueno para nuestra salud
Los ojos están informando de que no es el momento de ponernos a dormir, por lo que el hipotálamo, que es la parte del cerebro que se encarga de segregar la hormona del sueño, la melatonina, no empieza a actuar.

Uno de los elementos clave es la exposición a la luz, antes, durante y después del sueño. Porque de la exposición de la luz durante la noche depende la calidad del sueño que tengas y cómo vayas a poder afrontar el día.
Si duermes en una habitación con luz proveniente de dispositivos electrónicos o de bombillas, esta luz que llega a los ojos da al cerebro la información incorrecta de que aún no es momento de dormir.
Los ojos están informando de que no es el momento de ponernos a dormir, por lo que el hipotálamo, que es la parte del cerebro que se encarga de segregar la hormona del sueño, la melatonina, no empieza a actuar.
Este hecho desencadena que haya menos fases de sueño profundo, que es el más reparador y el mejor para nuestra salud. Por una noche no pasa nada, ya que los efectos negativos en la salud son reversibles, ya que mejoran cuando se restablece el ciclo de luz-oscuridad natural. El problema es si se duerme con la luz encendida normalmente.
Y es cierto que hay personas con una genética diferente que pueden descansar, aunque las condiciones no sean las adecuadas. Y cuando hablamos de niños, ocurre lo mismo, debemos acostumbrarlos a dormir sin la luz encendido, aunque si la dejamos encendida alguna noche o una etapa concreta, no debemos preocuparnos.
Por otra parte, una investigación publicada recientemente en JAMA Internal Medicine ha encontrado una conexión entre dormir en una habitación con una fuente de luz artificial encendida y la obesidad.
El estudio ha analizado el sueño de casi 50.000 mujeres encontrando una conexión entre un mayor riesgo de aumento de peso y obesidad en los casos de mujeres que dormían con la luz o la televisión encendida. Esta relación no parece explicarse por la duración y calidad del sueño u otros factores influenciados por el sueño deficiente.
La mala calidad del sueño se ha asociado en diferentes estudios con la obesidad, pero hasta ahora se desconocía la asociación entre la exposición a la luz artificial mientras se duerme y la obesidad.
El estudio se realizó en un total de 43 722 mujeres residentes en los Estados Unidos con edades entre 35 a 74 años, sin antecedentes de cáncer o enfermedad cardiovascular, sin que trabajasen por la noche o que durmiesen por el día. Los datos fueron analizados desde el 1 de septiembre de 2017 hasta el 31 de diciembre de 2018.
Se analizó como dormían las mujeres participantes en el estudio, con luz artificial, con poca luz, sin luz, con la televisión encendida, con luz fuera del dormitorio…. etc.
El resultado del estudio estableció que las mujeres que suelen dormir con la luz encendida se asociaba con una mayor prevalencia de obesidad. La exposición a la luz artificial mientras dormía también se asoció con obesidad incidente.
Los resultados mostraron que el empleo de un pequeño testigo o luz de posición en el dormitorio no se traduce en un aumento de peso, pero cuando la luminosidad de luz artificial es más alta o se duerme con la televisión encendida, estas mujeres tenían un 17% más de posibilidades de engordar una media de 5 kg.
Además, las mujeres que dormían con la luz encendida experimentaron un aumento de la circunferencia de su cintura de entre un 41,6% y un 50,5%, en comparación con aquellas que dormían a oscuras.
Respecto al IMC, era mayor de 25, que ya se considera sobrepeso, en el 71% de las mujeres que mantenían una luz encendida para dormir.
Los resultados fueron respaldados por análisis multivariables adicionales que incluían mediadores potenciales, como la duración y calidad del sueño, la dieta y la actividad física.
Estos resultados sugieren que la exposición a la luz artificial mientras se duerme puede ser un factor de riesgo para el aumento de peso y el desarrollo de sobrepeso u obesidad.
Otros estudios realizados en el futuro podrán ayudar a dilucidar esta asociación y aclarar si reducir la exposición a la luz mientras se duerme puede promover la prevención de la obesidad.
La explicación a este fenómeno no está del todo clara, se cree que pueda estar vinculada a la alteración de los ciclos circadianos, es decir, nuestro organismo no sabe distinguir con claridad si estamos por el día o por la noche. Se piensa que esta alteración afecta especialmente a la melatonina, que forma parte del sistema de señales que regulan el ciclo circadiano y de alguna manera estos trastornos se vinculen con el riesgo de la obesidad.
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