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Hiperemia conjuntival

La conjuntiva es una de las capas que forman en el ojo, tiene una función anatómica de recubrimiento de la esclera y funcional, pues funciona como una mucosa. Es un tejido muy fino, en condiciones normales transparente y va desde la córnea hasta los párpados, creando un fondo de saco en el fornix parpebral inferior y superior. Es un tejido fundamental en un ojo sano, y en muchas ocasiones es el responsable de muchas molestias o patología de la superficie ocular.

¿Qué es la hiperemia conjuntival?

La hiperemia conjuntival es uno de los signos más frecuentes que se manifiestan en el ojo en un proceso de inflamación ocular. La hiperemia no es más que un aumento del tamaño del árbol vascular de la conjuntiva, que es el causante del aspecto de “ojo rojo” que tenemos en un proceso de inflamación ocular como por ejemplo en las conjuntivitis.

Hiperemia conjuntival síntomas

Muy frecuentemente la hiperemia conjuntival se acompaña de secreción conjuntival o legañas, así como lagrimeo y sensación de molestia o dolor.

Hiperemia conjuntival e hiperemia ciliar

Es muy importante diferenciar la hiperemia conjuntival, típica de conjuntivitis e inflamaciones de la parte anterior del ojo o segmento anterior de la hiperemia ciliar, que es un signo que sugiere mayor gravedad del proceso oftalmológico, la hiperemia ciliar es típica de patologías como la uveítis, el glaucoma, erosiones corneales o úlceras corneales y escleritis o epiescleritis.

Ante un caso de hiperemia en general, es mandatorio acudir a su oftalmólogo de confianza, en el caso de que la hiperemia sea ciliar, debemos acudir de urgencia.

Para diferenciar la hiperemia conjuntival de la hiperemia ciliar, debemos acudir al Oftalmólogo, pero podemos hay algunos datos que nos pueden ayudar a saber qué tipo de hiperemia o de “ ojo rojo” estamos sufriendo:

  • La hiperemia conjuntival suele ser más uniforme y veremos el fondo de saco palpebral también inflamado, es muy típico que se acompañe de legañas o secreción y suele molestar, no doler. En condiciones normales un ojo con hiperemia conjuntival no nota cambios de vision grandes el párpado puede estar inflamado, pero casi nunca demasiado.
  • Por el contrario la hiperemia ciliar suele doler, vemos roja la parte que rodea la córnea y es típico notar sensación de cuerpo extraño en el ojo o dolor intenso, fotofobia y suele ir acompañado de visión borrosa, halos alrededor de las luces o sensación de niebla. El edema palpebral suele ser más intenso y la sensación de gravedad es mayor por parte del paciente.

Ante un ojo rojo o hiperemia, recuerda, acude a tu oftalmólogo para que valore tu caso y te aconseje el mejor tratamiento. En el caso de que sospeches que tu hiperemia es o puede ser ciliar, acude a tu oftalmólogo de urgencia, el caso puede ser grave y el tiempo en ser valorado en ocasiones marca la diferencia entre un buen pronóstico oftalmológico o uno más complejo.

Los riesgos de dormir con lentillas

Aunque los materiales empleados en la fabricación de las lentillas cada vez son mejores, el uso de lentes de contacto limita el acceso de la córnea tanto a la lubricación de la lágrima como al necesario oxígeno.

Esto provoca que pasar mucho rato con las lentillas puestas puede producir muchas molestias y que los ojos se enrojezcan y nos piquen.

Un uso indebido de las lentillas es utilizarlas sin extremar las precauciones de higiene en su manipulación y conservación. Al que debemos sumar otro gran error, irse a dormir sin quitarse las lentillas, incluso aunque solo sea una siesta.

Dormir con las lentes de contacto puestas puede provocar infecciones de la córnea, como la queratitis microbiana o mayores problemas de salud ocular.

En la última edición del Annals of Emergency Medicine de Estados Unidos se recogen varios ejemplos de extrema gravedad desde casos de queratitis microbiana bacteriana y micótica, a úlcera corneal de un hombre con perforación en la córnea. Todos los casos tienen un mismo hilo conductor, un uso indebido de las lentillas no quitándolas para dormir.

Y no solo hablamos por las noches, incluso al hacer la siesta. El motivo es que al tener los ojos cerrados, se produce menos lágrimas, por lo que dormir con las lentes de contacto, aunque sea solo el rato de la siesta, hace que se queden pegadas al ojo debido a la deshidratación.

Esta sensación es muy molesta y puede dañar al ojo. Si pasa esto debemos recurrir a las lágrimas artificiales para volver a hidratar el ojo y las lentillas y retirarlas para que descase nuestro ojo.

La publicación especializada Ophthalmology publicó un estudio hace algunos años que determinaba que las probabilidades de padecer queratitis se incrementaba en casi 7 veces si se dormía de forma ocasional con las lentillas puestas.

Aunque las lentes de contacto son una forma segura y eficaz de corregir problemas refractivos su uso inadecuado y la falta de higiene suponen un riesgo de infección de la córnea.

Los factores de riesgo más habituales son la falta de higiene, su uso más allá de las recomendaciones del fabricante, dormir con las lentillas puestas, uso de lentillas o líquidos caducados, su conservación en agua del grifo, su uso en la playa o en piscinas, etc.

Recuerda que si quieres despreocuparte de todos estos factores de riesgo una opción totalmente segura, económica y eficaz es la operación ocular láser con la que descubrirás una nueva vida sin los problemas derivados del uso diario de gafas o lentillas. Llámanos y pide tu cita prequirúrgica al 958 20 70 70. ¡Nos vemos en VISIÓON Oftalmólogos!

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